El Barranco de los Enamorados es un lugar único en nuestra isla.
Cuando uno se adentra en el, nos atrapa entre sus paredes de arena blanca casi sin darnos cuenta, de repente nos vemos flanqueados por un sin fin de extrañas figuras o muros infinitos que nos maravillan.
Las variadas formas que han adquirido estas dunas bajo la implacable acción de la erosión no deja de impresionarnos y nos muestra la insignificancia misma de nuestra propia existencia.
Recorrer pausadamente este lugar resulta ser una experiencia altamente gratificante y la tranquilidad que se respira en la zona hace honor al viejo mantra de “Isla tranquila” cuando nos referimos a nuestra querida Fuerteventura.
Es un lugar que debe visitarse varias veces, en distintas épocas del año y a distintas horas del día pues las cambiantes condiciones de luz hacen que cada vez que lo visitas te parezca un lugar totalmente nuevo.
No es condición el “estar enamorado” pues seguro que al visitarlo no podrás por menos que enamorarte allí mismo.
Nos vemos allí cualquier día y recuerda respetar el entorno.