… Queda sin castigo
Por esto es tan difícil hacer “buena” política.
Diversos factores confluyen e inciden muy directamente en la labor política siendo –desde mi punto de vista– la lucha por el poder el mas significativo de todos ellos.
En esa lucha bastarda no suelen salir victoriosos los mejor preparados o los mas honestos.
Y fíjense que digo “honestos” y no “honrados” pues parto de la base de que honrados son todos –o la mayoría– pero no es lo mismo ser honrado que ser honesto.
Perpetuarse en el poder requiere una gran dedicación al control de tu entorno, lo cual resta tiempo a tu acción diaria en beneficio del pueblo al que uno representa.
Reconozco que esta visión es reduccionista pero no por ello deja de ser verdad y –también es verdad– que esta es una de las causas de la creciente ineficacia de los políticos que nos representan, mas preocupados por permanecer que por hacer.
Cuando se prioriza el bienestar individual sobre el colectivo es cuando ademas surgen dentro de los partidos políticos –y en las instituciones que colonizan– las “familias” políticas o dicho de otra forma, es cuando se habla de “los tuyos” siempre contrapuestos a “los míos”.
Esa contraposición casi nunca se produce por la lucha ideológica sino que –en la mayoría de las ocasiones– se refiere a algo mucho mas banal, el reparto de los múltiples sillones y prebendas.
Es por todo esto que la política en los últimos años se reduce a un ejercicio de control de los tuyos y un maquillaje –lo mas efectista posible– de las acciones que has podido desarrollar en cuatro años de mandato.
Por si no bastara con todo esto, en este momento político que vivimos se miente a sabiendas –aquí los medios tienen su gran parte de responsabilidad– se crea confusión y se contribuye a la crispación de la sociedad sin mas objetivo que ganar las próximas elecciones, nunca el objetivo es construir un mejor país, una mejor sociedad para todos.
Siendo así la realidad política que se vive en estos momentos podríamos concluir que un político honrado no tiene problema en permanecer,… pero un político honesto no transita esos caminos mas allá de cuatro años.
Los mismos que tarda en descubrir que cualquier buena acción que intente emprender, o no conseguirá culminarla o tendrá su merecido castigo.