Un paraíso de detalles

Todos los días al abrir nuestra particular ventana al mundo este se nos presenta con sus mejores galas.

Maravillosas fotos de lugares paradisíacos, playas de blanca y fina arena bajo un cielo azul irresistible.

Paisajes idílicos que invitan a disfrutar de la vida en todo su esplendor.

Entre todo ese despliegue de interesada publicidad solemos pasar por alto muchos y variados detalles.

Y son los detalles los que dan valor al conjunto, los que convierten un paraje anodino e insulso en algo digno de visitar y disfrutar.

Esa hoja que luce un verde casi transparente que pareciera iluminar todo un paisaje.

Esa gota de agua reposando sobre el pétalo de una rosa antes de iniciar su irremediable camino hacia el suelo.

Esa ola rompiendo una y otra vez –día y noche– sobre esa playa que todos conocemos y pocos valoramos por el mero hecho de que “siempre” está ahí.

Esas palmeras que parecen disfrutar de un sensual baile al fondo del barranco.

Esa espuma de mar que una y otra vez acaricia las mismas piedras para –con el paso del tiempo– convertirlas en arena sobre la que podamos pasear con nuestros pies descalzos y fundirnos así con la madre tierra.

Ese minúsculo brote rodeado de arena que nos grita que aun bajo las condiciones climáticas mas adversas hay esperanza.

Esa araña –efímera– pero que cumple con su ciclo vital en el desarrollo de nuestro particular paraíso.

Ese acantilado batido una y otra vez por un furioso mar pero que resiste el paso del tiempo hasta que con toda seguridad llegue el momento en que sea vencido por la tenacidad del océano.

Todos esos detalles conforman nuestra vida, dan valor a nuestra existencia y nos convierten en personas con una suerte infinita al poder disfrutarlos cada día.

Si queremos apreciar el conjunto de nuestras islas en el futuro hemos de cuidar los detalles y valorar su trascendencia y lo que realmente aportan a la visión general de este paraíso.

Lo mismo aplica para las personas y las relaciones personales, aunque ese será tema para otro día, dale una vuelta,…