Somos
Autenticidad o apariencia, ser o parecer.
Diariamente nos movemos en esta dicotomía entre la autenticidad o el deseo de ser aceptados.
El ser está arraigado en nuestros más profundos valores, es lo que permanece cuando nadie nos ve, lo real, lo profundo, nuestra propia verdad.
El ser es ese lugar donde vivimos nuestra intimidad y que a pocos le mostramos, ese lugar en el que lloramos, o en el que íntimamente nos alegramos cuando conseguimos nuestras metas mas deseadas.
A veces damos con personas –almas– con las que compartir esta zona íntima de nosotros mismos y con las que nos entrelazamos sin casi percibirlo.
Son esas almas mágicas que irradian una sensación de cercanía difícilmente comprensible y totalmente inexplicable.
Esto nos ocurre muy pocas veces en la vida y por eso lo valoramos tanto, por eso nunca nos parece demasiado el tiempo que compartimos.
En el día a día hemos de reconocer que somos más de apariencia, mas de buscar la aceptación y como tal propósito solemos presentar una máscara que oculta nuestro verdadero ser.
La búsqueda del reconocimiento social, de la sensación de “encajar” nos lleva a corromper –en mayor o menor medida– nuestro propio ser.
La diferencia crucial radica en la autenticidad.
Mientras que el ser busca expresar lo genuino, el parecer –a menudo– prioriza lo que es agradable a los ojos de los demás.
Pero una vida basada únicamente en parecer es superficial y tremendamente agotadora.
En cambio, ser permite encontrar plenitud y libertad, al no depender de validaciones externas.
Básicamente podemos asimilar el “parecer” directamente con la mentira lo cual nos impele a convertir una parte importante de nuestra vida en un teatrillo, en una pequeña farsa.
Esto puede derivar en una existencia vacía, ansiosa o insatisfactoria, pues tu energía se enfoca en mantener una fachada en lugar de nutrir nuestra esencia.
Ser o aparentar, si conseguimos alinear lo que proyectamos con lo que realmente somos conseguiremos conciliar estas dos realidades que nos definen.
P.D.: Mejor es ser que parecer.