Los pasillos del alma
Un sueño, una canción que nos conmueve, palabras que acarician profundas fibras de nuestro ser.
Un silencio que nos enfrenta con aquel suceso que evitamos mirar de frente.
De esta forma se nos muestra lo que esconden los recovecos del alma.
La introspección –la exploración– de estos recovecos nos adentra en lo desconocido dentro de nosotros mismos.
En todos esos rincones se acumulan heridas del pasado, amores olvidados, palabras que nunca tuvimos el valor de pronunciar, los sueños perdidos.
Pero también se encuentran en esos escondrijos, nuestras esperanzas, nuestra creatividad y ese recóndito lugar donde se gestan nuestras más autenticas emociones.
Estos espacios –invisibles– son abrumadoramente reales.
Cada recoveco alberga un pequeño universo en nuestro interior a la espera de que seamos capaces de descubrirlos y tengamos la suficiente serenidad para comprenderlos.
Esos rincones, –esos recovecos– se interconectan a través de los pasillos del alma, corredores invisibles que transitamos en soledad buscando respuestas en nuestro interior.
También recorremos estos pasadizos cuando el peso de la vida nos presenta como única opción una mirada hacia nuestro interior.
Al atravesarlos encontraremos infinidad de puertas cerradas, muchas de las cuales nunca nos atreveremos a abrir.
Aquellas de las que logres vislumbrar su interior te interpelarán, te ayudarán a comprender tu vida y te reconciliarán con tu propia historia.
Pero estos pasillos no solo son lugares de introspección, también cumplen una función de interconexión.
Recorriendo estos senderos conseguimos abrirnos a nuestro entorno, compartir nuestras más auténticas emociones y podemos permitir que otros caminen a nuestro lado.
Esos recovecos –tan nuestros– pueden ser compartidos aunque no es nada fácil.
Si lo permitimos, si dejamos que alguien más vea lo que ocultan nuestras puertas cerradas estaremos creando lazos emocionales verdaderamente profundos y verdaderos.
Cuando recorres los pasillos de tu alma te encuentras inmerso en un viaje infinito en el que siempre encontrarás nuevas puertas tras las cuales se atesoran nuevos recuerdos, nuevas emociones, nueva vida.
Al recorrer los pasillos de nuestra alma vivimos con mayor autenticidad, aceptamos nuestra complejidad y en ese tránsito encontramos la esencia de quienes somos en realidad.