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Como no podía ser de otra manera,...

«Como no podría ser de otra manera» es un insoportable circunloquio que transmite torpeza y muy pocas luces.

Hay alternativas algo más breves y de variado registro:
– «como era de esperar»
– «según lo esperado»
– «según lo previsto»
– «no nos sorprende»
– «a nadie extrañará»

Cualquiera de estas opciones sería válida antes que ese latiguillo de principiante poco o nada leído.

Pues, como era de esperar, los comicios electorales del 28M han venido a clarificar el panorama político.

La ciudadanía se ha decantado por acabar con la retahíla de partidos localistas y personalistas —algún vestigio queda pero acabará desapareciendo— para centrarse en las formaciones políticas con más solera y que siguen representando —a pesar de todo— la seriedad y el compromiso con esta tierra y su progreso.

Como no podía ser de otra manera,…

Apartar de las instituciones ciertos peligros involucionistas o experimentos al estilo del marqués —más propios de otras épocas— ha sido un gran triunfo conseguido en este 28M.

Hemos corrido el peligro cierto de caer bajo políticas clientelistas y de sumisión al poder sin límites ni control, totalmente impropias de los tiempos que corren.

Fuerteventura puede congratularse por el entendimiento que ha dado como resultado un pacto poselectoral —que siendo el más lógico— se veía casi de imposible factura.

Ahora toca dejar atrás viejas batallas y frustraciones recientes para impulsar las políticas de progreso y sociales que nuestra querida isla necesita.

Se abre un tiempo de esperanza una vez conjurados los negros nubarrones que nos rondaban.

Y, como no podía ser de otra manera, los que se han quedado en la cuneta tendrán, unos que hacérselo mirar y otros mejor desaparecer del mapa político, por el bien de la democracia y de la ciudadanía.